Las tensiones entre Venezuela y Estados Unidos volvieron a escalar esta semana tras el anuncio de una nueva medida del Departamento de Justicia norteamericano. El gobierno estadounidense duplicó la recompensa ofrecida por información que permita capturar al presidente venezolano Nicolás Maduro, elevándola de 25 a 50 millones de dólares. Caracas reaccionó de inmediato, calificando la iniciativa como una “operación de propaganda política” sin sustento real.
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La decisión fue anunciada por Pam Bondi, Fiscal General de Estados Unidos, a través de la red social X (antes Twitter), en un mensaje donde reafirmó las acusaciones contra Maduro por presuntos vínculos con organizaciones de narcotráfico transnacional.
Washington redobla su ofensiva contra Maduro
“El Departamento de Justicia y el Departamento de Estado anuncian una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca al arresto de Nicolás Maduro”, escribió Bondi. El anuncio se suma a una línea de presión sostenida por la administración estadounidense —bajo los gobiernos de Donald Trump y Joe Biden— para aislar al régimen chavista, al que acusan de corrupción, violaciones de derechos humanos y participación activa en redes criminales.
Maduro ya había sido objeto de una recompensa anterior, de 25 millones de dólares, fijada durante la administración Biden. Ahora, la cifra se eleva como parte de un endurecimiento en el enfoque de Washington hacia Venezuela, especialmente tras las controvertidas elecciones presidenciales de 2024.
Estados Unidos ha reiterado que no reconoce la legitimidad del gobierno de Maduro, y ha manifestado su apoyo al líder opositor Edmundo González Urrutia, a quien considera vencedor legítimo de dichos comicios.
Caracas responde con indignación
El gobierno venezolano no tardó en responder con dureza. En un mensaje publicado en Telegram, el canciller Yván Gil desestimó el anuncio y lo calificó como “una de las cortinas de humo más ridículas” vistas hasta ahora.
“La patética ‘recompensa’ de Pamela Bondi es la cortina de humo más ridícula que hemos visto. Su show es un chiste, una desesperada distracción de sus propias miserias. La dignidad de nuestra patria no está en venta”, escribió Gil, quien además acusó a EE. UU. de utilizar el tema como estrategia propagandística para desviar la atención de sus propios problemas internos.
Desde Caracas, también se cuestionó la supuesta incoherencia de la política estadounidense, que mientras mantiene al chavismo como enemigo público, envía delegaciones diplomáticas a negociar la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela.
Acusaciones cruzadas
Estados Unidos sostiene que el gobierno venezolano mantiene vínculos con organizaciones delictivas como el Tren de Aragua, una estructura criminal con presencia regional que fue recientemente designada como organización terrorista global por Washington. Esta designación permite aplicar sanciones adicionales y tomar medidas legales contra sus integrantes y financiadores.
Por su parte, las autoridades venezolanas rechazan dichas acusaciones y aseguran que Estados Unidos actúa bajo motivaciones geopolíticas, sin pruebas reales, para justificar una política de “agresión constante”.
Conclusión
El anuncio de una recompensa de 50 millones de dólares por Nicolás Maduro intensifica el pulso político entre Washington y Caracas. Mientras Estados Unidos endurece su postura y acusa al presidente venezolano de liderar una red criminal internacional, el gobierno chavista responde con desdén y acusa a la Casa Blanca de manipulación mediática. En un escenario donde los canales diplomáticos coexisten con la confrontación, la tensión entre ambos países sigue siendo una pieza clave en el tablero geopolítico regional.
Fuente: Ntn24
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